La Legión marcha por la alfombra roja
La extrema derecha se manifiesta en el festival en contra de la película franco-argelina 'Fuera de la ley'. El filme, que trata de forma crítica el oscuro pasado colonial francés, se proyectó en medio de extraordinarias medidas de seguridad.
Veteranos de guerra se manifestaron ayer en contra de la proyección en el festival de la película Fuera de la ley'. AFPY los pies negros tomaron la Croisette. No, no nos referimos al cojo manteca liderando a un ejército de perroflautas, sino a los pied noir (pies negros, los franceses repatriados tras la independencia de Argelia en 1962). Veteranos de las guerras coloniales, simpatizantes del Frente Nacional y diputados de la UPM de Sarkozy se manifestaron ayer a pocos metros del Palacio de Festivales, blindado por veinte lecheras de losantidisturbios.
Protestaban por la proyección de Fuera de la ley, del director parisino de origen argelino Rachid Bouchareb, que toca uno de los asuntos más turbios de la colonización: la matanza en Sétif (1945) de miles de civiles argelinos a manos del Ejército francés (entre 8.000 y 45.000 cadáveres, según quién cuente).
Al pase del filme (08.30 de la mañana) se accedió en medio de extraordinarias medidas de seguridad (seis controles diferentes y perros policías olisqueando vehículos). Pero el verdadero espectáculo comenzó más tarde a tres manzanas de allí, junto al monumento a los caídos por Francia. En una concentración instigada por la Secretaría de Estado de ex combatientes, enardecida tras conocerse un informe del Servicio Histórico del Ministerio de Defensa que atacaba las "imprecisiones" del filme. "Es una obra falsaria y anti-francesa", aseguró hace unas semanas Lionel Luca,diputado de la UPM de la Costa Azul.
"Esto es una vergüenza"
El panorama, desde luego, era algo más que pavoroso en el acto de repulsa. Banderas de Francia por doquier. Veteranos de guerra con la pechera rebosante de medallas y condecoraciones. Maduritos rapados y tatuados. Señoras de cardados imposibles portando pancartas llamando a Bouchareb "islamista", y "terrorista". Y una media de edad escalofriante...
Todos ellos indignados y con cara de (tener) pocos amigos (melenudos). "Esto es una vergüenza. Todos estos son fascistas del Frente Nacional", contó un joven parisino a este periódico en medio del acto, en un tono demasiado elevado dadas las circunstancias (virgencita, virgencita, que me quede como estoy). Aunque el momento de mayor tensión se produjo por una bendita casualidad, al pasar por ahí una furgoneta emitiendo Rai argelino a todo volumen, ante el estupor general (el geriátrico casi se viene abajo).
Tras los encendidos discursos de rigor ("venimos aquí a homenajear a las víctimas francesas de la guerra") y la ofrenda floral, se cantó a grito pelado Le Chant des Africains (himno oficioso de los pied noir) y La Marsellesa (con parte de la policía, ¡ay!, saludando en posición de firmes).
Lujo y estandartes
Los manifestantes tenían algo en común: no habían visto el filme
La marcha por las calles, con las banderitas y los estandartes, resultó un poco más folclórica. Quizás porque los veteranos daban menos miedo neutralizados por las terrazas y el lujo del festival. Por momentos, aquel desfile parecía un concurso de dobles de Millán-Astray. Los 1.500 candidatos tenían algo en común: nadie de los allí manifestados había visto ni un solo fotograma de Fuera de la ley. Una gran muestra de valor.
Y tras este festival del horror y el humor, tocaba echarse a correr para llegar al encuentro con la prensa de Rachid Bouchareb. "La película busca abrir un debate sereno. Sabía que la discusión colonial aún provocaba tiranteces, pero de ahí a suscitar esta tensión antes siquiera de ver la obra", contó el director.
El filme narra la historia de tres hermanos argelinos que, tras escapar de la matanza de Sétif, viajan a Francia para buscarse la vida. Dos se convierten en activistas del FLN y su guerrilla urbana contra el enemigo francés. El otro vive de hacer trapicheos. El choque de trenes está servido.
Fuera de la ley no es una gran película. Abusa de los recursos melodramáticos convencionales y su retrato de la violencia política es un tanto esquemático. Pero no sólo muestra en toda su crudeza la represión francesa; también los excesos de la militancia argelina.
Pero eso es lo de menos para cierto sector social, embarcado en una cruzada revisionista y de exaltación de la identidad francesa desde que Sarzoky llegó al poder. Hoy más que nunca: ¡A mí la legión!
No hay comentarios:
Publicar un comentario