Las medidas anunciadas por el Gobierno el Martes pasado en el Congreso de los Diputados están encaminadas a hacer frente a su galopante crisis, económica, social, moral y ética. Irán desglosados en cuatro grandes categorías , esto es : la bajada de sueldos de los funcionarios, la congelación de las pensiones, los recortes en las ayudas a madres y personas dependientes y la reducción de la ayuda al desarrollo.
Dicho así, la cuestión se traduce en algo tan sencillo como lo siguiente : La crisis del capital la pagan los trabajadores que hasta ahora no habían sentido sus efectos en sus carnes a través de despidos ó precariedad (funcionarios) para que ya estemos todos igual de mal, los pensionistas, las madres con hijos recién nacidos , las personas con discapacidades físicas graves (eliminación de la retroactividad en la Ley de Dependencia, lo que supone que las pensiones previstas en dicha ley se rebajarán drásticamente al cobrarse desde el momento en el que se solicitan sin tener en cuenta los años de gastos (y sufrimientos) acumulados desde que se padece la discapacidad, y los habitantes de los países subdesarrollados a quienes se dedicaban las ayudas al desarrollo. Dicho de otro modo, el autoproclamado "Gobierno de los más débiles" (Pedro Zerolo, septiembre de 2008) acaba de darle una hostia con todas las ganas a los susodichos débiles en toda la cara.
Las medidas pretenden reducir el déficit público en 15. 000 millones de euros en los próximos dos años, y la verdad es que se han tomado mucha prisa en ponerlas en práctica, porque se discutieron el mismo viernes pasado en Consejo de Ministros, y entran en vigor "con carácter de inmediatez". ¿Que cómo lo ha recibido la Bolsa? Pues demostrando a los pocos ciegos que quedaban en esta cuestión que los antagonismos de clase siguen más vivos que nunca : con una subida. La burguesía accionista festeja alegremente la desgracia ajena sin esconderse sin sentir vergüenza alguna por haber conducido a tantos seres humanos al abismo en la presente crisis. Su avaricia, su sistema económico obsoleto y caduco nos ha conducido a la catástrofe. No han sido los cuatro millones y medio de personas que se han quedado sin empleo, ni las madres , ni los pensionistas, ni los discapacitados ni los trabajadores precarios quienes han creado esta crisis. Esta crisis es un estallido cíclico capitalista fundamentado en la incapacidad del mercado de absorber toda la producción y en la especulación masiva que ha desarrollado al sistema financiero como la punta de lanza definitiva de la economía de mercado, una economía cada día más ficticia, destructora del medio ambiente, imperialista y arrasadora.
El Gobierno tiene la feliz idea AHORA de que debe ahorrar 15.000 millones de euros cuando hace menos de un año inyectó EL DOBLE es decir, 30 000 millones de euros a los bancos y las cajas para "salvarlos" de la crisis. A ellos la zanahoria, a nosotros el palo. El Gobienro podría pensar que, por ejemplo, podría ahorrar esos 15 000 millones de euros retirando las tropas españolas de Afganistán, porque eso es exactamente lo que cuesta mantenerlas allí un mes nada más, a razón de medio millón de euros diario. Pero claro, eso enfadaría al Tío Sam, y en ambos casos, la banca y la OTAN, UE, Norteamérica, ya sabemos que quien paga manda.
Su lógica implacable, la de acelerar los beneficios hasta el infinito, que tan buenos resultados le dió en las dos últimas décadas gracias a la colonización intensa de nuevos mercados en Asia, Europa del Este, y Europa Occidental (Configuración de la actual UE) ha topado con dos realidades patentes : Primero, que las perspectivas de un crecimiento ilimitado y en consecuencia de una inversión ilimitada multiplicadora de beneficios por doquier es inviable (no hay milagros de los panes y los peces por muy católicos que se nos pongan algunos) y segundo, el mercado no es ni mucho menos un asignador idóneo de recursos bienes y servicios, cosa que ya era más que patente dado el desigual nivel de desarrollo de las diferentes zonas del planeta, pero que ha quedado clarísimo cuando el castillo de naipes se ha derrumbado en un país donde la banca ha quebrado casi por completo y si no ha sido así es porque el Estado ha intervenido. Privatización del beneficio en épocas de ganancia, pero socialización de las pérdidas en épocas de crisis. La lógica del capitalismo hecha añicos. Aunque no negaré que está teniendo su gracia ver a los profetas del liberalismo en plan marxista pidiendo a gritos la salvación de sus empresas y sus bancos por los Estados , no dejo de observar que el último gran dogma, el mito de la transparencia y la equidad del mercado, se ha venido abajo también. El señor Madoff es un estafador, pero no podemos culparle sólo a él. Lehmann and Brothers, una de las empresas para las que trabajó y la primera en hundirse, llevaba, como todas las demás empresas especulativas, años premiando a tipejos de su calaña por "trabajitos mafiosos" como el suyo.
Y, en una sociedad que fomenta el individualismo y el éxito a costa de todo y de todos, ¿Qué otra cosa podíamos esperar? La lógica del capitalismo está , si cabe, más devaluada que todas sus Bolsas juntas. Ahora habrá que esperar a ver qué hacen los sindicatos socialdemócratas, punta de lanza del Gobierno en la sociedad, los perrillos falderos de IU y compañía, y pensar seriamente qué rumbo tomar nosotros.
Mientras tanto, a pagarles la fiesta a los del traje de Armani y el BMW. Saludos a todos.
martes, 18 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario