domingo, 11 de julio de 2010

Centenario del nacimiento de Miguel Hernandez

MIGUEL HERNANDEZ, VOZ DE LOS SIN VOZ, POETA COMUNISTA.


Miguel Hernandez nacio en 1910 en Orihuela. Poeta y dramaturgo a caballo entre el estilo del 27 y el de la generacion del 36, constituye uno de los mejores ejemplos de intelectuales alineados con las luchas populares del pasado siglo, y desde luego, el mas destacado en su compromiso politico de la honorable lista de estos intelectuales en el Estado español, lista que incluye entre otros a Federico Garcia Lorca, Pablo Neruda o Rafael Alberti.

Simpatizante comunista desde su juventud mas tierna, Miguel Hernandez cruzo pronto la linea que separa al clasico intelectual de los años 20 y 30, abstraido de las problematicas sociales, y absorto en su burbuja de cristal y su acomodada vida, tan estereotipado en las corrientes del impresionismo, de los verdaderos artistas, los que piensan, sienten, respiran comen y sangran la epoca en la que viven, y reflejan las vivencias y los sentimientos colectivos de su era y su pueblo.

Su obra poetica incluye Vientos de guerra, El labrador, En la oscuridad, y muchas otras obras mas, de destacada relevancia en su epoca y en el realismo poetico del 27-36. De un estilo sobrio, tranquilo pero firme, y limitado embellecimiento superficial, Miguel es , como decia Bertold Brecht, "un martillo artistico que transforma la realidad".

Pero si a las personas se las conoce por sus hechos y no por sus palabras, entonces, los hechos de la vida de Miguel Hernandez hablan mas alto y claro de sus convicciones que toda su poesia escrita y recitada junta. Simpatizante comunista desde su juventud, educado por las penurias y la brutalidad ejercida contra los campesinos en el medio rural andaluz, nada mas estallar la Guerra Civil , Miguel se alista en el V Regimiento de Enrique Lister y es de los primeros combatientes de esta unidad en recibir adiestramiento y marchar a combatir al Frente de Teruel. Alli Miguel piensa pueblo, siente su dolor, respira la dinamita y la polvora, come la hierba seca durante los duros bombardeos, y sangra en las implacables trincheras. Durante un permiso, regresara a Orihuela a riesgo de ser detenido por los fascistas para casarse en 1937 con Josefina, su compañera de toda la vida.

Al acabar la Guerra, con la derrota, Miguel tratara de escapar por Portugal, pero sera detenido por las tropas de Salazar, entregado a España de nuevo, y encarcelado durante dos años , hasta que, enfermo y torturado, morira en Avila en 1942.

Enrique Lister definio en sus memorias de 1982 a Miguel de la siguiente manera :

"Era un hombre excepcional. Cantaba, recitaba, escribia en el frente, daba animos a las tropas (...) nunca le falto una palabra de aliento para sus compañeros y siempre estuvo a nuestro lado, incluso en las horas mas dificiles del Ebro y Madrid. (...) Miguel fue en definitiva, uno de tantos hombres y mujeres buenos y valientes que la reaccion fascista nos robo a todos para siempre".

No quisiera terminar este modesto homenaje a Hernandez en el centenario de su nacimiento sin dejaros con uno de sus mas hermosos poemas, Viento del pueblo, lo que el fue siempre, y ni la carcel le pudo obligar a dejar de ser :

Vientos del pueblo me llevan,


vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón

y me aventan la garganta.



Los bueyes doblan la frente,

impotentemente mansa,

delante de los castigos:

los leones la levantán

y al mismo tiempo castigan

con su clamarosa zarpa.



No soy de un pueblo de bueyes,

que soy de un pueblo que embargan

yacimientos de leones,

desfiladeros de águilas

y cordilleras de toros

con el orgullo en el asta.



Nunca medraron los bueyes

en los páramos de España.



¿Quién habló de echar un yugo

sobre el cuello de esta raza?

¿Quién ha puesto al huracán

jamás ni yugos ni trabas,

ni quién al rayo detuvo

prisionero en una jaula?



Asturianos de braveza,

vascos de piedra blindada,

valencianos de alegría

y castellanos de alma,

labrados como la tierra

y airoso como las alas;

andaluces de relámpagos,

nacidos entre guitarras

y forjados en los yunques

torrenciales de las lágrimas;

extremeños de centeno,

gallegos de lluvia y calma,

catalanes de firmeza,

aragoneses de casta,

murcianos de dinamita

frutalmente propagada,

leoneses, navarros, dueños

del hambre, el sudor y el hacha,

reyes de la minería,

señores de la labranza,

hombres que entre las raíces,

como raíces gallardas,

vais de la vida a la muerte,

vais de la nada a la nada:

yugos os quieren poner

gentes de la hierba mala,

yugos que habeís de dejar

rotos sobre sus espaldas.



Crepúsculo de los bueyes

está despuntando el alba.



Los bueyes mueren vestidos

de humildad y olor de cuadra:

las águilas, los leones

y los toros de arrogancia,

y detrás de ellos, el cielo

ni se enturbia ni se acaba.

La agonía de los bueyes

tiene pequeña la cara,

la del animal varón

toda la creación agranda.



Si me muero, que me muera

con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto,

la boca contra la grama,

tendré apretado los dientes

y decidida la barba.



Cantando espero a la muerte

que hay ruiseñores que cantan

encima de los fusiles

y en medio de las batallas.

1 comentario:

  1. Muy buena entrada, y qué gran poeta el camarada Hernández, reconocido en todo el mundo.

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