En un episodio de la ya mítica serie de dibujos animados crítica con la sociedad americana "Los Simpson", un vendedor inmobiliario estafador intentaba explicarle a Marge la diferencia entre "la verdad buena" y la "verdad mala" (especuladores inmobiliarios corruptos, ¿les suena?). La explicación se centraba en que la verdad buena era la que ocultaba los trapos sucios con tal de vender un producto, y la mala, todo aquel acto de sinceridad y honradez que contribuyese a fastidiar el negocio.
De sobra es conocida por todxs la absoluta mercantilización de la política norteamericana, donde las ideas se compran, se venden, se subvencionan, y , sobre todo, se someten a los intereses de las grandes transnacionales y el capital financiero. Ya hemos oído hablar del Watergate, el transfuguismo, Donald Rumsfeld y su farmaceútica haciéndose millonarios vendiendo vacunas inefectivas contra el Anthrax, la United Fruit Company y sus desmanes en Latinoamerica con el beneplácito y la colaboración del Pentágono, el Plan Colombia y las redes del narcotráfico.
Uno de los episodios más siniestros de esta "parapolítica" ejecutada por Washington durante el último siglo tuvo su epílogo el 11 de Septiembre de 1973 en Santiago de Chile. Ese día, Salvador Allende, candidato electo de la Unidad Popular en Chile, era derrocado por un golpe militar liderado por Augusto Pinochet. Lo sucedido después todos lo conocen : Operación Cóndor, asesinatos, torturas, represión, brutalidad...Pinochet se convirtió en el alumno aventajado de la clase de S.O.B.´s (Sons Of a Bitch, siglas con las que Henry Kissinger denominaba a los genocidas dictadores satélites de EEUU) financiados desde la Casa Blanca : Suharto, Duarte, Videla, Chiang Kai Shek, Saddam Hussein, Duvalier, Fujimori, Douglas Robertson...
Lo que no se conocería hasta tres décadas después, y que sin embargo llevaban denunciando las organizaciones de izquierda mínimamente comprometidas desde aquel 11 de Septiembre de 1973, es que el golpe de Estado contó con el apoyo y la complicidad del presidente Norteamericano Richard Nixon. En 2004, la apertura de los archivos desclasificados de la CIA (Central de Inteligencia americana) demostró la implicación directa de este organismo y de otros , como la National Endorsemente for Democracy , en la mutilación del movimiento popular, brusca y salvaje , ocurrida en aquel Chile desgarrado.
Seis años después, nuevos documentos, aún más escandalosos , hechos públicos por periodistas chilenos, implican a la superpotencia en los crímenes de lesa humanidad cometidos en el país sudamericano. A los ingenuos les llegó el momento de gritar que los cómplices de esta brutalidad deben pasar por el Tribunal Penal Internacional. Que se vayan olvidando, porque ahora el mundo es unipolar, y les pertenece.
Pero ya se sabe : Hay verdades buenas, y malas, y esta era de las malas, al menos durante un período de tiempo largo para que las heridas cogiesen en frío y sin posibilidad de reclamación alguna. ¿Lo más irónico de todo? Nixon aprendió bien pronto la teoría del estafador de los Simpson sobre la verdad, porque fué presidente de los EEUU gracias a lo que se ha denominado "La mejor campaña de venta de ideas de la historia de la democracia Norteamericana " Allan Dulles, antiguo colaborador de pasado filonazi de Nixon, en su libro The rise of the Man of the Century ( El ascenso del hombre del Siglo). Tampoco debemos olvidar que ocultó su programa de escuchas ilegales a todo el pueblo norteamericano en lo que después sería el escándalo que le costó la Presidencia. Verdades buenas y malas, ya sabéis.
Nixon quería "patear el culo" al "hijo de puta" de Allende
Grabaciones desclasificadas desvelan su intención de derrocar al presidente chileno asesinado en el golpe de Pinochet
EFE Santiago de Chile 01/07/2010 20:13 Actualizado: 01/07/2010 20:52
Grabaciones desclasificadas en EEUU desvelan la intención del entonces presidente de ese país Richard Nixon de "patear el trasero" y derrocar al "hijo de puta" de Salvador Allende, asesinado en el golpe de Estado de Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
Las cintas se publicaron en Estados Unidos en la página web nixontapes.org, y su contenido se resume en un artículo publicado en Chile por el Centro de Investigación Periodística (CIPER), redactado por el periodista Peter Kornbluh.
Las conversaciones también muestran por primera vez el posible reconocimiento del papel de la CIA en el asesinato, en 1970, del comandante en jefe del Ejército chileno, el general René Schneider, con el objetivo de boicotear la toma de posesión de Allende como presidente de Chile.
En las grabaciones se incluyen varias conversaciones sobre Chile entre Nixon (1969-1974) y su consejero de Seguridad Nacional y posterior secretario de Estado, Henry Kissinger, en las que trataban a Allende de "hijo de puta" y decían que querían "patearle el culo".
"Es un Estado fascista", dice Nixon en una conversación en el Salón Oval de la Casa Blanca al referirse al triunfo de la coalición de Allende, la Unidad Popular, en las elecciones municipales de abril de 1971.
A Nixon le molestó mucho la decisión de Allende de nacionalizar empresas estadounidenses
De acuerdo a la transcripción de las cintas, a Nixon le molestó mucho la decisión de Allende de nacionalizar las empresas estadounidenses en Chile, en especial las dedicadas a la extracción del cobre, principal producto del país.
El 11 de junio de 1971 Nixon transmitió a Kissinger la opinión del secretario del Tesoro, John Connally, quien le había dicho que si Washington no paraba a Allende otros países latinoamericanos empezarían a nacionalizar empresas estadounidenses.
"El efecto en el resto de Latinoamérica, sin importar lo que escuchemos desde el Departamento de Estado y el resto, va a ser malo para nosotros. Dejar de molestar a los chilenos y ser tan delicado con ellos", agregó el entonces presidente estadounidense.
"Los americanos se mueren de ganas de que pateemos a alguien el trasero", declaró Nixon. "Todo lo que hacemos con el Gobierno chileno será observado por otros gobiernos y grupos revolucionarios en América Latina", añadió.
Unos meses más tarde, el 5 de octubre de 1971, Nixon comunicó a Kissinger y Connally su decisión: "He decidido remover a Allende".
Connally repuso: "lo único que usted puede esperar es tenerlo derrocado y, entretanto, usted puede lograr su punto para probar, a través de sus acciones contra él (...), que lo que está cuidando son los intereses de Estados Unidos".
Para Nixon, EEUU finalmente había encontrado "un tipo al que podemos golpear". "Todo vale en Chile. Pateen sus culos, ¿ok?", instruyó Nixon a Kissinger al final de la reunión. "De acuerdo", respondió éste, según las transcripciones de las cintas.
En junio de 1971, el ex ministro del Interior democristiano Edmundo Pérez Zukovic fue asesinado por el grupo de ultraizquierda Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP), lo que hizo recordar la muerte, nueve meses antes, del general René Schneider.
El asesinato de Schneider
En una conversación, Kissinger señala: "Los hijos de puta nos están culpando a nosotros (...). Están culpando a la CIA (Agencia Central de Información de EEUU)" del crimen de Pérez Zukovic. "La CIA es muy incompetente para hacerlo (...). Cuando trataron de asesinar a alguien tomó tres intentos (...) y después de eso vivió tres semanas", añadió Kissinger en el diálogo con Nixon.
"Cuando trataron [la CIA] de asesinar a alguien tomó tres intentos"
Kissinger parece referirse al asesinato de Schneider, lo que supondría la constatación de la participación de la CIA en su muerte, con la que se pretendía incitar a los militares a levantarse contra la inminente investidura de Salvador Allende.
Schneider fue atacado el 22 de octubre de 1970 y murió después de tres días de agonía y no tres semanas más tarde, como señala Kissinger en la grabación.
Salvador Allende fue elegido el 4 de septiembre de 1970 y asumió la presidencia dos meses después. "Déjenme decir que en todas las futuras acciones hacia Chile prefiero la línea más dura", dijo Nixon en esa misma conversación.
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